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En el aula

Las huellas de Lucila Godoy en el Liceo Gabriela Mistral de Temuco

Su director, Gabriel Luza Toro, quien encabeza este colegio que hoy cuenta con una matrícula de 776 estudiantes, se refiere al impacto que tuvo la poeta en este establecimiento de la Región de La Araucanía.

Imagen: Gentileza Liceo Gabriela Mistral de Temuco.

Con el objetivo de entregar educación a “un grupo de señoritas de edad escolar, ya sea provenientes de lugares tanto urbanos como rurales”, este Liceo partió en agosto de 1905 con el nombre de Escuela N° 1 de Niñas de Temuco. Su primera directora fue la profesora Amelia Espina a quien la siguieron otras destacadas maestras, entre ellas, Lucila Godoy Alcayaga, es decir, la insigne poeta, diplomática y pedagoga chilena, Gabriela Mistral, de quien la comunidad educativa de hoy se siente muy orgullosa, como lo recalcan sus miembros.

Al principio, esa Escuela de Niñas funcionaba frente al conocido Café Central de la ciudad, siendo trasladada en 1936 al lugar en el que hoy funciona como liceo mixto (Vicuña Mackenna con Antonio Varas). Desde 1954 acoge el nombre de Gabriela Mistral.

A partir de 2012, el establecimiento educacional amplió su oferta académica incorporando los niveles de enseñanzas básica, media y parvularia, todo aquello por la fusión con la Escuela municipal Marcela Paz, lo que, luego de otros cambios internos, terminó configurando lo que es en la actualidad: un complejo educacional mixto, de carácter científico humanista, conocido como Liceo Gabriela Mistral de Temuco y bajo la administración del Departamento de Educación de la municipalidad de esa comuna.

“Hemos evolucionado constantemente para responder a las necesidades de la comunidad, así nos hemos consolidado y convertido en un referente de excelencia educativa y formación integral. Lo que comenzó como un sueño educativo, hoy es una comunidad viva, diversa e inclusiva, que queremos pueda mirar el futuro con esperanza y convicción”, señala su director, Gabriel Luza Toro, quien encabeza un colegio que hoy cuenta con una matrícula de 776 estudiantes, distribuidos en 21 cursos desde prekínder hasta 4° medio, muchos con alto índice de vulnerabilidad.

Luza destaca que una de las principales huellas de Gabriela Mistral durante su gestión como directora, es que puso énfasis en la formación integral de los estudiantes. Esto, explica, “incide en el quehacer pedagógico actual de manera profunda y totalmente vigente, por los valores y principios que promovió. Tenía un gran sentido ético y humano. Por ello defendía una educación centrada en la persona, especialmente pensando en los más vulnerables. Esto se ve reflejado hoy en las pedagogías inclusivas y con enfoque en derechos humanos. Ese énfasis en formar seres humanos íntegros, no solamente estudiantes instruidos, conecta totalmente con las tendencias actuales de educación emocional y desarrollo socioafectivo”.

Por ello, consideraba al docente como una figura clave en la formación moral, espiritual y cultural del niño o niña que se estaba formando. “Esa mirada está vigente en los programas de formación docente, que actualmente promueven una vocación pedagógica comprometida, reflexiva y socialmente consciente, es decir, la inteligencia social que se debe expandir cada día más para formar sociedades pensantes y con sentido de unidad. No debemos olvidar que Mistral fue pionera en denunciar las desigualdades educativas. Su lucha por el acceso a la educación de niñas, campesinos e indígenas se refleja hoy en políticas públicas orientadas a la equidad y justicia social en educación”.

Por otra parte, el establecimiento es el custodio de un valioso “Rincón mistraliano”, donde se guardan artefactos de la época de Gabriela Mistral, incluso varios de los objetos que ella utilizó cuando fue directora en ese liceo (1921-1922) como, por ejemplo, su libro de clases, entre otras pertenencias. Asimismo, es custodio de un archivo escolar de gran valor histórico. El Archivo Nacional de La Araucanía ha suscrito un convenio de colaboración con el liceo, con el objetivo de apoyar la conservación del patrimonio documental. Se contemplan asesorías en museología y archivos para los docentes a cargo, así como el aporte de documentos históricos resguardados en el Fondo Intendencia de Cautín de 1947, que testimonian parte de la historia institucional.

Reportaje completo en: Revista de Educación N° 413.

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