Este año se promulgó la Ley que da solución a la Deuda Histórica Docente y que contempla un pago, por única vez, de $4,5 millones a cada persona afectada, lo que beneficiaría a cerca de 57 mil docentes. Para acogerse a este aporte, en marzo se habilitó una plataforma en https://soluciondeudahistorica.mineduc.cl/ A continuación, les presentamos el testimonio de Patricia Garzo, quien luchó incansablemente para dar solución a la Deuda Histórica Docente.
Todos los jueves, pasadas las 11.00 horas, Patricia Garzo se instalaba afuera del Palacio de La Moneda, en la Plaza de la Constitución, junto a un grupo de profesoras jubiladas. Allí, megáfono en mano hacían escuchar su voz: “Y la deuda, que la paguen. ¡Ahora, ya!”, decían incansablemente. Durante 18 años estuvieron presentes levantando su demanda, ni siquiera la lluvia las detuvo.
Un escenario que cambió radicalmente el 31 de enero de este año, gracias a la promulgación de la ley que soluciona la Deuda Histórica Docente.
“Durante estos años ningún gobernante se había acercado a nosotros. Nuestro Presidente Gabriel Boric Font ha sido el único que en dos oportunidades nos ha invitado a La Moneda y ha cumplido su promesa”, afirma.
También da cuenta de los encuentros previos en La Moneda con el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, y otras autoridades, “era una mesa larga, donde pudimos dar nuestro testimonio y donde nos preguntaron qué esperábamos. Sabíamos que el monto real adeudado era impagable, pero igual luchamos por todos los y las colegas del país, no sólo por nosotras mismas. Esto es un logro para todas y todos los profesores de Chile”.
Su vida ha estado casi completamente dedicada a la educación. Aunque estudió un año Enfermería en la Universidad Católica, abandonó la carrera para cuidar a su mamá que tenía cáncer. Luego, ingresó a la Escuela Normal, donde en esa época se formaban las profesoras de enseñanza primaria. Y su práctica la efectuó en la Escuela 393, ubicada en una localidad llamada Barrancas (hoy corresponde a la comuna de Lo Prado).
Después trabajó en la Escuela 81 “La Macarena” de El Monte, un establecimiento rural que se ubicaba en la hacienda del mismo nombre. Partía todos los días desde su casa en Recoleta en una micro hasta Estación Central y allí tomaba otra micro, “La Montina” le decían, que la dejaba en la plaza de El Monte. Un trayecto de una hora que para ella resultaba muy entretenido pues viajaban muchos profesores que iban a hacer clases a localidades cercanas y que para ella tenía un propósito muy significativo: llegar a hacer clases a un 1° básico.
Corría el año 1970. Recuerda que en las vacaciones de invierno participó en un taller de folclore de la Universidad Técnica del Estado, donde conoció a Margot Loyola. Luego, sería la encargada de una presentación que hicieron sus alumnos en un encuentro comunal, donde bailaron trote, la pericona de Chiloé, el pavo (típico del sur de nuestro país) y cueca. Allí estaban presentes todos los colegios de El Monte y El Paico.
Luego, enseñó en la Escuela 14 de El Paico y en la Escuela 393, que actualmente se llama “Escuela básica Jaime Gómez García”. Allí trabajaba cuando se produjo el golpe de Estado.
A partir de 1985 -después de recuperar la libertad, pues en 1982 fue encarcelada por la dictadura durante dos años hasta que el caso fue sobreseído- trabajó en varios colegios particulares en Recoleta, en La Pintana y en Estación Central.
Volvió a la educación pública en 1991: la Escuela 386 “Santander de España”, de Cerro Navia, la recibió con los brazos abiertos. “Cuando llegué, todos me aplaudieron. Llegaba a trabajar con un 1° básico, de 45 alumnos, que estaba sin profesora”, recuerda. Ahí enseñó hasta 2005, cuando jubiló. “La docencia fue lo mejor que me pudo haber pasado. Después, me sumé a un grupo de profesores jubilados de Cerro Navia, muchos de los cuales participaban de nuestras actividades en la Plaza de la Constitución”.
Destaca que “fueron 43 años de espera y 18 desde que nuestro grupo se reúne allí, cantando temas alusivos, para recordar a los mandatarios(as) de nuestra nación que no perdíamos la esperanza de tener una solución a nuestra causa. Treinta mil docentes han fallecido en esta larga espera. Pienso que el Presidente Gabriel Boric, así como el Presidente Pedro Aguirre Cerda es recordado como el padre de la educación pública, será recordado con cariño y respeto por este grandioso gesto”.
Reportaje completo sobre la Deuda Histórica Docente en: Revista de Educación N° 412.