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Robert Lenz, director del Buck Institute for Education de EE.UU.: EL EXITOSO APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS

Un llamado a transformar las escuelas con esta metodología, es el que hizo Robert Lenz en el IX Seminario Internacional de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, efectuado en la UC.

Un llamado a transformar las escuelas con esta metodología, que ubica al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje, es el que hizo Robert Lenz en el IX Seminario Internacional de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, efectuado el 25 de junio en la casa central de la Pontificia Universidad Católica. Su propuesta dejó a cientos de profesores inspirados para aplicarla en sus salas de clases.

“La misma pasión que siento por el fútbol, la siento por el ‘Aprendizaje Basado en Proyectos’. Recientemente trabajé con el director de un colegio, que estaba tratando de transformar su escuela con esta metodología. Él me dijo: ‘Mira Bob, yo no quiero que mis alumnos simplemente aprendan por 40 horas o 40 días, quiero que sus aprendizajes les sirvan por 40 años’.

Pues les voy a contar en qué consiste un aprendizaje que dura 40 años. Éste es un libro de poesía, llamado: ‘La primavera, el verano, el otoño y el invierno. Poemas de Bob Lenz’. Todo en él, las ilustraciones y los poemas los hice cuando estaba en 5º básico. Ahora que lo reviso, recuerdo que había borrones y que el profesor Copper me decía: ‘¿Eso es lo mejor que puedes hacer?’ Me miraba incrédulo e insistía: ‘¿En serio? Acuérdate de que tus padres y todos los padres van a tener la posibilidad de ver tu libro cuando hagamos la lectura de poesía’. No era lo mejor que podía hacer, sin duda, así que volví a trabajar en el libro y una vez que estuvo terminado, hicimos la lectura. Nos vestimos muy elegantes, de chaqueta y corbata, y llegaron todos: los papás, los abuelos y otros adultos de la comunidad. Leímos los poemas en voz alta”.

Esa experiencia, que relató Robert Lenz1 en el IX Seminario Internacional de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, efectuado el 25 de junio en la casa central de la Universidad Católica, lo marcó para siempre. “Me acuerdo haber estado muy nervioso por tener que leer esos poemas, yo no quería hacerlo, pero el señor Copper estuvo al lado mío, apoyándome. Finalmente lo logré y me sentí fantástico”. Han transcurrido 40 años desde esa primera lectura pública. Y si somos justos, la verdad es que no solo aprendió a leer en voz alta, con ritmo y fluidez, sino también sobre lírica. Tuvo que averiguar por su cuenta acerca del tema, descubrir las distintas formas de hacer versos. Ahí partió lo que sería después una convicción profunda: la mejor manera de retener información es involucrándose directamente con el objeto de estudio.

Por eso, desde que sacó su maestría en Educación en la Universidad Estatal de San Francisco, se ha dedicado a promover el “Aprendizaje Basado en Proyectos” (ABP). Actualmente es director ejecutivo del Buck Institute for Education (BIE), organización sin fines de lucro con sede en California (EE.UU.), que reúne y comparte buenas prácticas en ese ámbito.

 

EN QUÉ CONSISTE EL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS

El ABP propone que los estudiantes se involucren más con aquello que aprenden, que investiguen en vez de dedicarse solamente a escuchar y copiar lo que el docente escribe en el pizarrón y, a la vez, que los profesores trabajen en forma multidisciplinaria, enfocando la materia de varios ramos en un mismo tema o tópico de interés.

Para ello, el Buck Institute for Education se encarga de ayudar a los profesores a implementar este método en todos los cursos y en todas las áreas, además de enseñarles cómo diseñar, evaluar y gestionar proyectos para involucrar y motivar a los estudiantes. “Nos preocupamos de fortalecer las capacidades de los profesores, de modo de facilitarles el diseño de aprendizajes basados en proyectos de alta calidad. Eso implica trabajar con ellos, con los líderes escolares y con los líderes del sistema para establecer las condiciones que permitan que los profesores hagan grandes proyectos con sus alumnos”, explica Lenz.

“Nuestra misión es que todos los alumnos, sin importar de dónde vengan o dónde vivan, tengan acceso al Aprendizaje Basado en Proyectos. Eso es crucial porque este sistema de trabajo, aparte de enseñar habilidades útiles para el contenido académico, también entrega habilidades para el siglo XXI como aprender a comunicar ideas, colaborar unos con otros, potenciar la creatividad y fomentar un pensamiento más crítico”, agrega.

Uno de los proyectos que él promueve en esta línea es que los alumnos produzcan breves documentales en torno a temas de Historia Universal. Eso exige que investiguen y hagan entrevistas, que discutan lo más relevante que quieren destacar y que sinteticen la información que incluirán en los videos. Por ejemplo, los jóvenes se dividen en grupos de 4 o 5 y eligen un tema de estudio: el estado del mundo antes de la Primera Guerra Mundial. Luego, cada grupo selecciona un país: Alemania u otro. Y todos escriben trabajos de investigación individuales de un aspecto de la vida en ese país antes de la Primera Guerra Mundial, para lo cual deben buscar fuentes de  información y comunicar sus ideas en forma coherente. “Aprender esa habilidad de comunicar a través de la escritura es importante, pero no se detiene ahí el proyecto –explica el experto-. Hay que trabajar en equipo y lograr resumir los cinco textos en una sola tesis para elaborar el video. Se requiere de mucha colaboración para armar el guión, la historia, que resume lo más importante de la información reunida. Y luego, seleccionar las imágenes, poner el audio y editar todo ese material. ¡Imagínense la cantidad de pensamiento crítico que hace que cinco trabajos de investigación, creados por cinco autores, se transformen en un video de cinco minutos!”. La gente se congrega para verlos y queda sorprendida por la tecnología aplicada. Hacen preguntas sobre eso. “Las habilidades técnicas son muy importantes, pero no se dan cuenta de la cantidad inmensa de pensamiento crítico que hay detrás y que después les será útil para todo tipo de trabajo”, comenta.

Otra actividad sugerida es la interpretación artística de uno de los niveles del infierno de Dante. Para ello, los alumnos leen la “Divina Comedia” y luego entra en juego su creatividad, otra habilidad del siglo XXI. Hay grupos que montan una obra de teatro, lo que implica escribir entre todos un guión, asignar los personajes y ser capaces de expresarse en público. Otros preparan un musical. Las alternativas son múltiples.

Cabe tener en cuenta lo siguiente: el diseño de proyectos de alta calidad requiere que los alumnos trabajen sobre temas que les son significativos, que sepan que el resultado de este esfuerzo será público y no solo para el profesor, y que tengan la posibilidad de corregir y criticar su trabajo y el de sus compañeros. Todos tienen que aprender a recibir retroalimentación constante en cuanto a lo que sí les está resultando en un proyecto y lo que no.

Además, los obliga a reflexionar acerca de su aprendizaje en las tres etapas del proyecto: al inicio, en la mitad y al final. Se recomienda preguntarles qué están aprendiendo en términos de contenidos y habilidades, y cómo van a aplicar esto en el futuro. La investigación internacional es muy clara en señalar que el aprendizaje real, la capacidad de traspasar habilidades de una situación a otra, requiere de reflexión y metacognición.

“Los seres humanos necesitamos detenernos, encontrarle sentido a lo que aprendemos para poder aplicarlo en otras situaciones. Para los aprendizajes basados en proyectos de alta calidad, es esencial que los alumnos tengan la posibilidad de reflexionar y ésta es también una excelente ocasión para que los profesores hagan lo mismo”, dice Lenz.

 

EL ABP, UNA HERRAMIENTA PARA LA EQUIDAD

Durante su visita a Chile, Robert Lenz dictó charlas en Constitución, Curicó, Antofagasta y Santiago. Se reunió con educadores y directores de la Región de la Araucanía en la Escuela San Francisco de Cunco Chico, un establecimiento multicultural y altamente vulnerable que mejoró sus resultados en el Simce en los últimos seis años y disminuyó la tasa de deserción desde el 40 al 9% mediante el uso de nuevos modelos pedagógicos.

El experto asegura que si la metodología del ABP se aplica bien, es una enseñanza transformadora que lleva a los alumnos a pensar de una manera distinta acerca de ellos mismos y sobre lo que pueden lograr en el futuro. “Nosotros creemos que el Aprendizaje Basado en Proyectos es una herramienta para la equidad. Al dar a los alumnos vulnerables la posibilidad de crear aprendizajes basados en proyectos, les abrimos acceso a oportunidades que generalmente quedaban reservadas para los más privilegiados”.

Lenz recuerda que los alumnos que llegaron a la primera escuela en que se aplicó el ABP, en EE.UU., lo hicieron por distintas razones. Uno de ellos era un indocumentado (proveniente de México) que amaba la tecnología y sabía que allí enseñaba un profesor destacado en esa área; otro era hijo de profesionales y se integró porque le encantaba el sistema del ABP; y un tercero simplemente se sumó porque estaba a punto de desertar en una escuela tradicional y alguien de la población en que vivía lo convenció de que ésta era una buena alternativa para continuar sus estudios.

“El primero de ellos se transformó en un maestro en hacer videos. El segundo realizó proyectos maravillosos y fue aceptado en la Universidad de Standford. Y el tercero, después de ser un potencial desertor, pasó a tener excelentes notas y fue aceptado en seis universidades. ¡Quiere entrar a mi alma mater: la Universidad estatal de California!

El Aprendizaje Basado en Proyectos fue muy bueno para ellos en su minuto, pero también después, porque prepara a los alumnos para los desafíos del mundo que van a heredar”. Una pregunta recurrente en sus charlas, sobre la que siempre invita a meditar, es la siguiente: ¿Cómo ha cambiado el mundo desde que ustedes estaban en el colegio? Las respuestas que ha recibido en Chile y en Estados Unidos son similares: “Estamos verdaderamente conectados”, “el mundo se ha transformado en un mundo conectado”, “la tecnología nos mantiene interconectados”. “Efectivamente, vivimos en una sociedad altamente automatizada –dice Lenz-, pero las computadoras no pueden innovar, colaborar o ser creativas. Por lo tanto, necesitamos desarrollar en las escuelas habilidades para que nuestros alumnos asuman tareas que las computadoras no pueden”.

Finalmente, destaca que en la actualidad un interesante número de empleos están basados en proyectos donde se contrata a las personas para una misión específica. “Aquí hay que tener en cuenta dos cosas: los jóvenes tienen que ser capaces de funcionar en proyectos y, al mismo tiempo, de autodirigirse para seguir obteniendo proyectos a futuro y así sustentarse. El mundo ha cambiado en forma drástica e impresionante desde que nosotros estábamos en el colegio y las escuelas no. Puedo entrar a un colegio en Chile, Estados Unidos o España y van a ser similares a lo que eran hace 100 años, pero ocurre que hoy los estudiantes necesitan desarrollar habilidades muy distintas: habilidades del siglo XXI”.

 

¿POR QUÉ EL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS (ABP)?

La experiencia de miles de maestros de todos los niveles educativos y materias, respaldados por la investigación, confirma que el ABP es una manera eficaz y agradable de aprender y desarrollar competencias de aprendizaje más profundas, necesarias para el éxito en la universidad y la vida ciudadana. ¿Por qué tantos educadores de Estados Unidos y del mundo están interesados en este método de enseñanza? La respuesta es una combinación de razones:

ABP hace que la escuela sea más atractiva para los estudiantes. Los jóvenes de hoy a menudo encuentran la escuela aburrida y sin sentido. En el ABP, ellos son activos, no pasivos; un proyecto compromete sus corazones y mentes, y le entrega relevancia al aprendizaje pues está conectado con el mundo real.

ABP mejora el aprendizaje. Después de terminar un proyecto, los estudiantes entienden más profundamente el contenido, recuerdan lo que aprendieron y lo retienen por más tiempo que en la enseñanza tradicional. Debido a esto, los estudiantes que aprenden con ABP tienen más capacidades para aplicar lo que saben y lo que pueden hacer en nuevas situaciones.

ABP desarrolla las habilidades de éxito para la universidad, la carrera y la vida. En el lugar de trabajo del siglo XXI y en la universidad, el éxito requiere algo más que conocimientos y habilidades básicas. En un proyecto, los estudiantes aprenden a tomar la iniciativa y ser responsables, confiar en sí mismos, resolver problemas, trabajar en equipo, comunicar ideas y gestionar de manera más eficaz.

Más información (en inglés): http://bie.org

1 Director Ejecutivo del Buck Institute for Education (BIE), desde el 1 de junio de 2015. Fue cofundador de Envision Educación, donde ejerció como su CEO y director de Innovación. Bajo su dirección, Envision Educación puso en práctica un modelo de rediseño de gran éxito, que abrió caminos para que estudiantes de áreas urbanas marginales no solo pudieran llegar a la universidad, sino que se mantuvieran en ella. Fue reconocido por la Fundación William y Flora Hewlett como representante senior del aprendizaje significativo y es autor del libro “Transforming Schools: Using Project-Based Learning, Performance Assessment and Common Core Standards”, editado por Jossey-Bass Wiley (1ª. Edición, enero de 2015).

 

 

 

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