Previous Page  28-29 / 56 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 28-29 / 56 Next Page
Page Background

28

Revista de Educación •

Conversando a fondo

niños acerca de hechos, ideas y emociones, pues con esa

conversación se va formando el lenguaje emocional.

Pero las emociones son un poquito tramposas. No

siempre son lo que son. En general, cuando uno está

enojado hay de base una frustración y lo que realmen-

te se tiene es pena. Pero a menudo la pena se expresa

como rabia. Y si alguien está rabioso, el otro no lo va a

acoger ni consolar, va a reaccionar a su rabia.

Aprender a reconocer que muchas veces cuando

estoy rabioso, no estoy enojado con mi mamá, sino que

estoy avergonzado porque un niño me molestó y que

cualquier cosa que me pase me va a desregular, es muy

importante. Cuando yo identifico las emociones voy un

paso adelante. Y eso les pasa también a los adultos.

Aprender palabras es útil. Yo siempre les enseño a

los niños en los grupos de desarrollo socioemocional

que algunos necesitan freno y otros acelerador. Los que

necesitan freno son los que se enojan mucho, no ven los

semáforos, chocan con frecuencia con la gente, etc. Los

que necesitan acelerador en general están encerrados

en su cueva, conversan poco, se expresan poco. En-

tonces jugamos a identificar quién necesita uno u otro,

y reflexionamos: ¿por qué necesitaría freno?, ¿por qué

necesitaría acelerador?

El lenguaje emocional ayuda a identificar, a expresar

y también a autoaceptarse. Además, cuando conoces las

emociones en ti mismo, comienzas a reconocer las emo-

ciones en los otros, y por lo tanto es más fácil empatizar

emocionalmente.

¿Qué pasa con los adolescentes respecto del aprendi-

zaje socioemocional?

Es un periodo particularmente difícil para los niños y

para nosotros, pero tiene algunos aspectos a considerar:

a los adolescentes les gusta la aventura, el desafío, están

más lejanos de sus padres, más cerca de sus pares. Creo

que la forma de trabajar es básicamente a través de gru-

pos sicoeducativos o grupos de intereses en que ellos se

encuentren. Un adolescente sin contención es un riesgo.

El concepto que los adultos tenemos que jugar aquí es el

de contención emocional, buscar cuáles son las paredes

que lo contienen.

Los grupos ayudan mucho. Tienen que crear grupos

de fútbol, de orquestas, de bandas, de teatro. Me acuer-

do de una directora maravillosa en Arica, de una escuela

super vulnerable, con muchos inmigrantes, que tenía 33

talleres. ¡33! Incluso tenía uno para las madres inmigran-

tes, en que bordaban y hablaban, en ese espacio.

Una vez fui a la Patagonia, al final del mundo, y

había un grupo de la tercera edad que se reunía en la

escuela. Escribían y leían cuentos, conversaban y toma-

ban mate. Me pareció maravilloso. Conversar hace bien.

“Siempre les enseño a los niños en los

grupos de desarrollo socioemocional que

algunos necesitan freno y otros acelerador.

Los que necesitan freno son los que se

enojan mucho, chocan con la gente, etc.

Los que necesitan acelerador se expresan

poco. Entonces, jugamos a identificar

quién necesita uno u otro, y reflexionamos:

¿por qué necesitaría freno?, ¿por qué

necesitaría acelerador?”.

29

Revista de Educación •

Conversando a fondo

Ayuda al encuentro, aumenta el lenguaje, la reflexión

de las ideas, la contención emocional, el apoyo mutuo.

Esto de establecer redes es muy relevante. Hay que ver

cuáles son las redes de nuestros hijos. Ahora los adoles-

centes andan por unas calles que nosotros no conoce-

mos. Antes de que apareciera la computación sabíamos

dónde andaban y nos tenían que dejar el teléfono de la

casa de la amiga o del amigo y ahí estaban. Ahora están

en cualquier parte y uno los llama al celular y dicen:

“estoy en la casa de la Juanita”. Tenemos que ponernos

más inteligentes, encontrarles más nichos ecológicos,

buscarles más alternativas, especialmente a aquellos que

están pasando por períodos críticos y que necesitan un

tutor de resiliencia, es decir, una persona significativa, y

eso puede hacer toda la diferencia en la trayectoria de

vida de un niño.

Finalmente, ¿cómo cambia el panorama socioemo-

cional en las relaciones en forma remota (online)?

¿Podemos también apoyar a los estudiantes con sus

vínculos?

Sí, podemos, básicamente diciéndoles cosas pre-

ciosas y enseñándoles a decir cosas preciosas de otro.

Escogiendo muy bien los libros que leen. La lectura en

general propone protagonistas muy resilientes y en ese

sentido todos los adolescentes en algún momento se

han identificado con algún personaje. Se les puede dar

listas de libros para que ellos escojan. Alguien podrá leer

“Futbolísimo”, otro “Harry Potter”, en fin. Que lean “Mi

planta de naranja lima”. También pueden ver una película

y conversarla.

Y si hay un compañero enfermo, hablar con los

adolescentes acerca de qué se les ocurriría a ellos para

acompañarlo y apoyarlo en este momento, lo mismo si se

le enfermó una persona en la familia o alguien murió.

Enseñar a expresar las emociones es esencial. Cuan-

do se expresan no es importante solo lo que se dice, sino

cómo se dice. La expresión no verbal, todo lo que es

la envoltura, es importante. Y los profesores tienen que

ver su propia envoltura, si es de personalidad muy fría o

amorosa con los niños. Yo sé que a todos nos importan,

pero tiene que notarse.

Hay que aplicar psicología positiva. Yo a los niños

también les enseño psicología positiva, les hablo de au-

toestima, qué pasa con la autoestima de los otros cuando

uno dice una pesadez, les muestro lo que es la escalada

simétrica de la agresión (cuando soy pesada con alguien,

ese alguien se pone más pesado/a conmigo, cuando soy

más simpática se pone más simpático/a conmigo). Ense-

ñar a reflexionar y a mentalizarse sobre la propia conduc-

ta es esencial. Se puede hacer online, no es tan efectivo

como lo presencial, pero resulta.