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En su agenda para el desarrollo sostenible las

Naciones Unidas (ONU) ha subrayado que al año 2030

aumentaría sustancialmente la cantidad de jóvenes

y de adultos que tienen las competencias técnicas

y profesionales para acceder al empleo, el trabajo

decente y el emprendimiento. Dicha declaración

sirvió de eje del gran encuentro regional deministros

de Educación de América Latina y el Caribe “E2030:

Educación y Habilidades para el siglo 21”, realizado en

2017 y en el que Chile tuvo una activa participación.

El desafío que nos hemos impuesto es prueba que

como país no hemos querido quedarnos atrás en

estamateria, por el contrario, en plena concordancia

con el desarrollo mundial y local, nuestra Reforma

Educativa ha dado un espacio central a la Educación

Técnico-Profesional (ETP) al diseñar e instalar las

bases de la Política Nacional de Formación Técnico-

Profesional.

Nuestro plan de trabajo se sustenta en cuatro pilares

o conceptos fundamentales que son: la calidad, el

emprendimiento e innovación, las trayectorias

laborales y la institucionalidad que sostiene al

engranaje de nuestro sistema Técnico-Profesional

y hacen que éste sea pertinente y articulado.

De esta manera, y con una política emanada de

la participación real de estudiantes, docentes,

trabajadores, entidades formativas, sectores

productivos y comunidad en general, estamos

construyendo las bases para reforzar el compromiso

que el Estado tiene con el desarrollo del ámbito

Técnico-Profesional, ya sea en el sistema escolar o

en la enseñanza superior.

Recientemente, en el marco de la quinta sesión

del Consejo Asesor de Formación Técnico-

Profesional, tuve la satisfacción de presentar a

los dos primeros rectores de los CFTs del Maule y

de La Araucanía, ambos profesionales nombrados

por la Presidenta Michelle Bachelet, ellos son las

primeras autoridades designadas de la Red Nacional

de 15 Centros de Formación Técnica estatales que

estamos implementando desde este año. Esto es

una muestra concreta del deseo como gobierno de

dejar atrás ese concepto de que la ETP es una opción

solo para jóvenes con menos oportunidades. Chile

necesita tener técnicos de punta y bien formados

y todos los centros estatales, sean liceos o CFTs,

tienen también que marcar la pauta, en términos de

mallas curriculares, de la pertinencia de su formación

respecto de las regiones donde están enclavados y

de la economía de esas regiones.

Estamos optimistas y confiados en el trabajo del

ConsejoAsesor, que cuentapor lodemás conel apoyo

experto de UNESCO, y que hoy se ha concentrado en

la elaboración de las bases consensuadas de las

prioridades para el desarrollo social y productivo de

nuestro país en formación técnico-profesional por

el período 2017 – 2030.

EDITORIAL

FORMACIÓN

Técnico-Profesional:

un impulso vital

EDITORIAL

REVISTA REVEDUC

MINISTERIO DE EDUCACIÓN

Nº 379 /2017