Pero desde su perspectiva, la de su equipo
de investigación y según las corrientes
más modernas y actualizadas en relación
a la enseñanza de las ciencias, estos
argumentos se basan en supuestos
asociados con los antiguos modelos de
transmisión – recepción, donde se otorgaba
un papel central a los docentes y se
dejaban en último lugar las posibilidades
o capacidades cognitivas de los niños. “En
los proyectos que hemos desarrollado
en Argentina y otros países, vemos que
los niños preguntan, imaginan, observan,
registran, utilizan el lenguaje oral o escrito,
dibujan, construyenmaquetas para explicar
cómo funciona el mundo”.
Y es aquí donde surge con fuerza la
“modelización científica”, que es un proceso
que se puede aplicar desde el inicio de la
escolaridad y para el cual se requiere:
- Interactuar con los fenómenos:
observar, experimentar, generar
preguntas significativas, identificar
su relevancia, obtener evidencias.
“Tenemos que establecer un puente,
una conexión, entre el mundo
cotidiano que se les presenta como
problemático, a veces inabarcable y los
modelos teóricos que desde la ciencia
se han construido para explicarlo. Esto
significa en la escuela, y también en el
jardín de infantes, dentro y fuera de las
aulas, interactuar directamente con los
fenómenos”, dice Bahamondes.
- “Dar sentido” a lo que se observa a partir
de elaborar anticipaciones, identificar
regularidades, imaginar modelos
explicativos, hacer inferencias, inventar
nuevas entidades para explicarlo.
- Explicar, argumentar, evaluar,
actuar, probar nuevos caminos o
intervenciones, comunicar y buscar
consensos, en la clase.
- La última etapa sería generalizar
y aplicar el modelo aprendido y
construido a nuevas situaciones en
las cuales tenga sentido y significado.
Ya existen materiales educativos para
los docentes en esa línea, que fueron
pensados como secuencias de actividades
que permiten paso a paso ir haciendo
modelización. Y que se pueden descargar
desde los sitios web:
http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD23/contenidos/escuela/textos/
index12.html
http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD23/contenidos/escuela/textos/
pdf/alumnoInicial.pdf
“Los niños y los científicos comparten
una cuestión fundamental, que es pensar
teóricamente acerca del mundo. Es decir,
hacen un esfuerzo cognitivo para pensar el
mundo a través de modelos. Los modelos
infantiles son iniciales y nuestra tarea como
educadores es intentar acercarlos, a través
de experiencias y tensión con la realidad,
a los modelos científicos porque son más
potentes y generalizadores”, concluye.
“En los proyectos que hemos
desarrollado en Argentina y
otros países, vemos que los niños
preguntan, imaginan, observan,
registran, utilizan el lenguaje oral
o escrito, dibujan, construyen
maquetas para explicar cómo
funciona el mundo”.
Nora Bahamonde, Doctora en Didáctica de las
Ciencias Experimentales (Argentina)
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