Estrategias para activar las ganas de aprender: Las recetas docentes para cambiar la vida de los estudiantes

¿Cuál es la clave para que una escuela impacte en la trayectoria de los jóvenes? “Es crucial el liderazgo compartido; si hay una visión en común, si sabemos cómo construir cultura en la escuela y cómo diseñar e impartir clases efectivas, orientadas a que mejoren todos los estudiantes”, dice Pedro Noguera, decano de la Escuela de Educación USC Rossier (Los Ángeles, California), quien participó en el VII Seminario Internacional “Inclusión: Oportunidades Educativas para impulsar las Habilidades de Todas y Todos”, organizado por Fundación Educacional Seminarium.

Inmortalizado en la película “Stand and Deliver” de 1988 (conocida en Latinoamérica con el título “Con Ganas de Triunfar”), el profesor boliviano Jaime Alfonso Escalante (1930-2010) se hizo famoso por su trabajo en la Escuela Preparatoria Garfield del Este, de Los Ángeles, California. Allí, entre 1974 y 1991, enseñó cálculo a estudiantes de bajos recursos, en su mayoría de ascendencia latinoamericana, y logró que superaran exitosamente la prueba AP (“Advanced Placement Examination in Mathematics: Calculus AB”), que es requisito para ingresar a la universidad en Estados Unidos.

En 1982, los 18 estudiantes que preparó para el examen aprobaron y siete de ellos con la nota máxima. El Servicio de Pruebas Educativas consideró sospechosas 14 de esas calificaciones y pidió a los involucrados que volvieran a rendir la prueba. Finalmente, 12 accedieron a hacerlo y les fue tan bien como antes.

En los años siguientes, el programa de cálculo de Escalante siguió siendo un éxito, ubicando a Garfield en el cuarto lugar del ranking nacional por el número de alumnos que rendían el examen de AP de cálculo. Para 1990, el programa de matemáticas de Escalante involucraba a más de 400 estudiantes.

¿Por qué recordamos esta historia? Porque es un ejemplo del impacto que puede tener el liderazgo docente en las y los estudiantes. Así lo explicó Pedro Noguera, decano de la Escuela de Educación USC Rossier, en su reciente exposición en el VII Seminario Internacional “Inclusión: Oportunidades Educativas para impulsar las Habilidades de Todas y Todos”, organizado por Fundación Educacional Seminarium.

“¡Un profesor puede cambiar tantas vidas! Imagínense cuando toda una escuela o liceo se organiza alrededor de profesores que tienen el mismo nivel de compromiso que en su momento tuvo Jaime Escalante. Por eso es crucial el liderazgo compartido; si hay una visión en común, si sabemos cómo construir cultura en la escuela y cómo diseñar e impartir clases efectivas, orientadas a que mejoren todos los estudiantes”, dice.

¿Qué hizo Escalante para obtener estos resultados? ¿Simplemente enseñó matemáticas? Noguera cuenta que muchos de sus colegas “no entendieron que él estaba despertando lo que yo llamo ‘las ganas’ de los estudiantes, el deseo de aprender. Hizo que trabajaran duro, que vinieran a la escuela los sábados, incluso en verano. Los hizo creer en ellos. ‘Ustedes son los descendientes de gente que construía pirámides, así que pueden aprender cálculo’, les decía. Los llevó a conocer un complejo de aeronáutica y les explicó que necesitaban el cálculo para poder trabajar allí. Les cambió la mentalidad. Hace un tiempo me reuní con una de sus antiguas estudiantes y es la única ingeniera latina que trabaja en la fábrica de aviones Boeing”.

La importancia de conocer a los estudiantes

Para alcanzar este éxito pedagógico, dice el experto, es crucial eliminar una serie de barreras, como la complacencia (bajas expectativas o inercia del statu quo), la falta de capacidad profesional, la falta de recursos en la escuela y los sesgos raciales, lingüísticos o culturales hacia los inmigrantes.

Para alcanzar este éxito pedagógico, dice el experto, es crucial eliminar una serie de barreras, como la complacencia (bajas expectativas o inercia del statu quo), la falta de capacidad profesional, la falta de recursos en la escuela y los sesgos raciales, lingüísticos o culturales hacia los inmigrantes. Respecto de la falta de capacidad profesional, Noguera hace hincapié en que se refiere a los docentes principiantes o novatos. “Para que un profesor sea efectivo, tiene no solo que conocer su materia, tiene que saber cómo enseñarla a una variedad de niños y tiene que saber cómo construir relaciones sólidas con ellos o ellas. Volverse un maestro toma tiempo. Tenemos que asegurarnos de contar en la escuela con los recursos necesarios que promuevan la equidad y preocuparnos de que nuestro personal esté equipado con el lenguaje y los antecedentes culturales que se necesitan para construir esas relaciones. Cuando todo esto pasa, eliminamos las barreras, porque hay que tener presente que no llegamos a la equidad bajando las expectativas. La pobreza no es una discapacidad cognitiva. Yo nací pobre y ninguno de mis padres se graduaron de la secundaria, pero sí consiguieron enviar a sus seis hijos a la universidad en los Estados Unidos. Mi mensaje entonces es que la historia de vida de sus alumnos no debe determinar lo que usted puede lograr con ellos en educación, pero si ignora sus necesidades y no se provee de apoyo adecuado a la escuela, todo eso se vuelve una barrera para la equidad”.

El reportaje completo lo pueden leer en la Revista de Educación N°399