Revista de
Educación
a++
a--
Tendencias

David Perkins, profesor Emeritus de la Universidad de Harvard: “GRANDES ENTENDIMIENTOS” PARA UN MUNDO CAMBIANTE

Profesor de Investigación de Enseñanza y Aprendizaje en Harvard Graduate School of Education hace pocos días estuvo en Chile, oportunidad en la que habló con Revista de Educación y dictó una conferencia en el Seminario “Educando Nuestros Estudiantes para un Mundo Cambiante”, organizado por Fundación Seminarium.

Profesor de Investigación de Enseñanza y Aprendizaje en Harvard Graduate School of Education y fundador de Proyecto Zero, ha dirigido programas en áreas de aprendizaje para la comprensión, creatividad, resolución de problemas y razonamiento en las artes, entre otras. Hace pocos días estuvo en Chile, oportunidad en la que habló con Revista de Educación y dictó una conferencia en el Seminario “Educando Nuestros Estudiantes para un Mundo Cambiante”, organizado por Fundación Educacional Seminarium.

El libro “Educar para un Mundo Cambiante” es uno de los más recientes escrito por David Perkins, profesor de Investigación de Enseñanza y Aprendizaje en Harvard Graduate School of Education. Es un tema que lo apasiona y que explica por qué lo abordó en profundidad en el Seminario “Educando Nuestros Estudiantes para un Mundo Cambiante”, organizado hace una semana atrás por Fundación Educacional Seminarium.

Pero, ¿a qué se refiere con un mundo cambiante? Hay palabras que, según el experto, dan luces sobre su significado:inmigración, calentamiento global, tecnologías que se desarrollan rápidamente. Y, si vamos más allá, dice, podríamos sostener que probablemente los niños de hoy en el futuro van a encontrar un mundo en muchas formas distinto al actual.

CÓMO PUEDEN LOS PROFESORES APOYAR A SUS ESTUDIANTES FRENTE AL MUNDO CAMBIANTE

David Perkins asegura que primero, hay que enseñar “grandes entendimientos” que se conecten con este mundo cambiante. Por ejemplo, sobre la naturaleza de las distintas culturas y la manera en que éstas pueden entrar en conflicto o apoyarse mutuamente, sobre la naturaleza de la tecnología, lo que ofrece y sus riesgos, sobre cómo funciona la tierra y el clima, etc.

No se trata solo de dar información, aclara, sino de enseñar a los estudiantes a pensar con esos conceptos para que así después puedan opinar acerca del sentido de algunas políticas, saber cómo votar, incluso decidir sobre conductas personales. En síntesis, la idea es que ellos aprendan a pensar y a decidir qué hacer con el conocimiento ya adquirido.

Destaca también que se deben enseñar los “grandes conocimientos”, es decir, habilidades amplias de comprensión y pensamiento, que algunos han llamado las “habilidades del siglo XXI”.

A modo de ejemplo, podemos mencionar: el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación, la empatía, la toma de perspectiva, el pensamiento entre culturas y, por supuesto, aprender a aprender.

LAS TRES PREGUNTAS QUE TODO DOCENTE SE DEBE HACER

¿Qué aprendizajes valen la pena? El experto afirma que los aprendizajes que importarán en las vidas probables que tendrán los estudiantes.

En su último libro se pregunta qué pasa si muchas ideas propias de las Ciencias, la Historia, la Matemática y la Literatura, por esenciales que sean en algunas disciplinas o profesiones, apenas se dan en las vidas que probablemente llevarán la mayoría de los alumnos. “¿Merece la pena aprenderlas de verdad? Depende de lo que entendamos por merecer la pena. Puede que merezca la pena aprenderlas desde un punto de vista intrínseco, es decir, que sea un conocimiento bueno en principio. Pero esta respuesta funciona solo si es algo que se aprende y no se olvida nunca. El hecho concreto es que nuestra mente únicamente guarda los conocimientos que tenemos oportunidad de utilizar en algún aspecto de nuestras vidas, ya sea personal, artístico, cívico, o cualquier otro. Hay una inmensa cantidad de conocimiento que no se usa y se olvida”.[1]

Un ejemplo de aprendizaje provechoso, señala, es el de una persona que gracias a la Revolución Francesa pudo comprender los aspectos generales de los conflictos mundiales, como “que la falta de libertad, la pobreza, los impuestos excesivos, las economías débiles, las luchas entre Iglesia y Estado o la desigualdad social han sido siempre motivo de guerra”.[2] O aquella persona que dice que comprender los problemas derivados de la energía y el cambio climático, “me ha resultado útil no solo para tomar decisiones que afectan a mi vida diaria, como elegir un medio de transporte  o mis hábitos de consumo, sino también en lo relativo a decisiones políticas, interacciones sociales y filosofía de vida”.

Más adelante, David Perkins hace referencia a la matemática, señalando que se debería dedicar más tiempo a la estadística y la probabilidad y menos a las ecuaciones de segundo grado, “sencillamente porque la estadística y la probabilidad son importantes en la vida diaria y aparecen con mucha más frecuencia que las ecuaciones de segundo grado”. Esto, por supuesto, no significa barrer con las ecuaciones de segundo grado, sino simplemente ahorrarse profundizar en las mismas.

Además, sostiene que sería muy útil enseñar para que los estudiantes sean “amateurs expertos”, esto quiere decir que entienden los aspectos básicos de una disciplina y los aplican con seguridad, corrección y flexibilidad. “Puede que el amateur experto en estadística y probabilidad no sepa nada de temas avanzados de dicha materia como la regresión lineal o el análisis factorial, pero sí es perfectamente consciente de lo que significan los términos ‘desviación media y ‘desviación típica’ que pueden utilizarse para describir una población bien o no tan bien, que las muestras pequeñas pueden resultar engañosas, qué tipos de cuota y retorno diferencian una apuesta buena de una mala, que las gráficas circulares y las de barras sirven para mostrar una distribución de algo, etc. Aspectos de la estadística y de la probabilidad como estos aparecen en la vida diaria con diferentes usos”.[3]

Según el experto, incluso los currículums se deberían construir teniendo en mente la gran pregunta: ¿qué vale la pena aprender?, y la gran respuesta que es cuál será el futuro de los estudiantes y qué es lo que va a importar para la vida futura de esos estudiantes.

¿Cómo debemos enseñar? Aquí sugiere escoger temas que tengan una fuerte y clara incidencia en el porvenir de los estudiantes, pues hasta ahora mucho de lo que se enseña, se olvida, y eso no tiene futuro. Destaca que no basta con entregar la información sobre el tema tratado, se requiere fomentar la comprensión, animar a los estudiantes para que se hagan buenas preguntas y para que descubran la trascendencia del significado de aquello que están aprendiendo.

Asimismo, los dilemas que se presenten a los alumnos deben ser significativos. Por ejemplo, en vez del ejercicio: “Un tren recorre 800 km. En 10 horas, ¿qué distancia recorre, en promedio, en una hora?”, se puede abordar este otro: “Estime las necesidades hídricas de su ciudad o localidad para el año 2030 y pregúntese si las fuentes actuales podrían satisfacerlas”.

¿Cómo pueden cambiar las escuelas? Respecto de este punto, David Perkins plantea que se necesita un modelo de cambio distinto al actual. “Tradicionalmente se trata de instalar una práctica, o un currículum, y que los profesores simplemente lo sigan. Y esto por lo general no funciona, excepto con cambios muy simples”, dice.

Lo que él promueve es un “modelo ecológico del cambio”, que reconoce la escuela como un circuito ecológico complejo, con diferentes opiniones y compromisos. Explica que para que un proceso de cambio se mantenga es necesario, por ejemplo, que el director de la escuela sea un defensor visible de la transformación que se quiere hacer y que cuando ese director se retire en el proceso de búsqueda se priorice a aquel candidato que crea en la innovación ya instalada, pues de otro modo desaparecerá.

EVALUACIONES DESDE OTRA MIRADA

Este aspecto tampoco hay que pasarlo por alto, si lo que se pretende es que las evaluaciones también contribuyan a desarrollar las habilidades de comprensión y pensamiento de los estudiantes.

“Idealmente, la evaluación tiene que enfocarse no solo en la información sino en el entendimiento. Para ello se puede pedir a los alumnos que elaboren un portafolio, también se pueden efectuar mediciones a partir de las conversaciones en clases. El problema es que esto es más complejo de evaluar, requiere más trabajo”, afirma Perkins.

Y agrega: “Desde el punto de vista del desarrollo educacional tenemos que recordar que no se trata de medir a todas las personas y todas las cosas. Quizá para una estadística muy básica tendríamos que hacer eso, pero no para el desarrollo educacional. Entonces, distintos tipos de evaluación para las distintas necesidades”.

DOS MODELOS QUE PROMUEVEN LAS HABILIDADES DE COMPRENSIÓN Y PENSAMIENTO

Al preguntar a David Perkins quéestrategias concretas pueden aplicar los docentes para conseguir que los alumnos realmente aprendan las habilidades de comprensión y pensamiento necesarias para afrontar el futuro, él menciona los dos modelos que conoce mejor:“Enseñanza para la Comprensión” y “Pensamiento Visible”, ambos resultado del trabajo realizado por Proyecto Zero, de la Universidad de Harvard.

Respecto de la “Enseñanza para la Comprensión”, se trata de una visión de la educación que propone a los docentes reflexionar sobre su trabajo en aula y poner el énfasis en la comprensión de los estudiantes desde una mirada más profunda.Pero, cuidado, comprensión no es lo mismo que conocimiento. Más información sobre este modelo: aquí

Por otra parte, el “Pensamiento Visible” apunta a que las personas pueden dirigir y mejorar sus pensamientos cuando se exteriorizan a través de la conversación, la escritura, el dibujo u otros métodos. Esto se obtiene mediante las rutinas de pensamiento, estrategias concretas que ayudan a que el pensamiento se haga un hábito. Asimismo, con el Pensamiento Visible se distinguen tres niveles de aprendizaje (Inicial, Profundo y de Transferencia), para los cuales los docentes deben aplicar distintas estrategias. Más información sobre este modelo: aquí (Revista N° 380).

Según Perkins, ambos modelos incluyen pasos y técnicas específicas que apuntan a fomentar habilidades de comprensión y pensamiento, además de actitudes y de la profundización de los aprendizajes de los estudiantes en las distintas asignaturas.

Su mensaje a los docentes chilenos es simple: “Que enseñen tomando en cuenta el futuro de sus estudiantes, con un sentido de exploración y de imaginación (…) En general, espero que los profesores y directivos de escuelas se hagan, muy a menudo, las tres preguntas que mencioné previamente. Y con un espíritu creativo” concluye.


[1] PERKINS, David. Educar para un mundo cambiante. ¿Qué necesitan aprender realmente los alumnos para el futuro? Ediciones SM. Pág. 19 y 20.

[2] PERKINS, David. Educar para un mundo cambiante. ¿Qué necesitan aprender realmente los alumnos para el futuro? Ediciones SM. Pág. 20.

[3] PERKINS, David. Educar para un mundo cambiante. ¿Qué necesitan aprender realmente los alumnos para el futuro? Ediciones SM. Pág. 45.

Buscador - Encuentra aquí las noticias, crónicas y reportajes publicados por Revista de Educación.
¡Escríbenos!
Si tienes dudas o consultas respecto de los contenidos de la Revista de Educación, no dudes en contactarnos.