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Educación
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Conversando

“Queremos recuperar una lógica de mejoramiento que responda a cada escuela”. Gonzalo Muñoz

El jefe de la División de Educación General (DEG), anuncia que este año los Programas de Mejoramiento Educativo (PME) tendrán un nuevo enfoque

En entrevista con Revista de Educación, asegura que los Programas de Mejoramiento Educativo (PME) tendrán un nuevo enfoque a partir de 2015. Por un lado, se tomará más en cuenta el proyecto educativo de cada establecimiento y, por otro, se trabajará para que el PME sea expresión de un concepto de calidad integral. Los resultados de aprendizaje deben reflejar cada vez más la riqueza del currículum.

En noviembre de 2014, el Ministerio de Educación entregó al sistema escolar nuevas orientaciones para elaborar los PME. El jefe de la División de Educación General (DEG), Gonzalo Muñoz, explica el cambio de enfoque que tendrá esta herramienta y los apoyos que se entregarán a las escuelas y liceos.

A partir de la Subvención Escolar Preferencial (SEP) en 2008, los Planes de Mejoramiento Educativo se instalan masivamente. ¿Cuál es la evaluación que existe acerca de su uso?

Los Planes de Mejoramiento existen desde hace tiempo, incluso en algunas iniciativas de los ’90 el Ministerio de Educación invitó a los establecimientos a crear sus planes bajo la idea de que lograr mejoras en los aprendizajes –y antes de eso, en ciertos procesos escolares- requería de una planificación del cambio educativo. La gran diferencia del 2008 con la SEP es que por primera vez se dota a las escuelas de recursos para implementar esos planes de mejoramiento, entendiendo que esos fondos podrían contribuir a que dichas iniciativas derivaran en mejores resultados y procesos. La evaluación que hacemos después de un ciclo completo de implementación de la SEP, es que si bien ha sido un aporte al sistema no hemos podido sacar todo el provecho a su potencial.

¿Por qué ha ocurrido esto?

En los últimos años el Plan de Mejoramiento se transformó en una herramienta un tanto administrativa para los establecimientos y, sobre todo, concentrada en uno de sus usos –que no es el único- que es definir la inversión de los recursos de la SEP. Eso tuvo varios costos: se perdió la mirada de largo plazo, que es indispensable para que la escuela y sus sostenedores puedan definir trayectorias de mejoramiento y acciones de corto plazo en función de una estrategia mayor. En alguna medida, se potenció demasiado su dimensión administrativa y se perdió la pedagógica y estratégica. Y, por otro lado, se orientó muy fuertemente hacia una de las dimensiones de los resultados educativos, el Simce, que es un factor importante pero no el único. Creemos que eso hay que revisarlo.

Se habla de un nuevo enfoque del PME para el 2015. ¿En qué consistirá?

Queremos recuperar una lógica de mejoramiento que responda más genuinamente a los procesos propios de cada escuela o liceo. El mejoramiento requiere tiempo, la evidencia muestra que son al menos tres o cuatro años los que se necesitan para hacer cambios importantes en aspectos institucionales, pedagógicos y culturales. Lo que estamos haciendo es volver a promover un enfoque que mira el mediano plazo y que además tiene dos grandes virtudes: primero, empalma directamente con el proyecto educativo. El Plan de Mejoramiento es una estrategia de mediano plazo para plasmar los principios del proyecto educativo que cada establecimiento en Chile debe tener. Esa vinculación la estamos promoviendo más fuertemente hoy. En segundo lugar, queremos que el PME sea expresión del concepto de calidad integral que como Ministerio estamos tratando de imprimir en todo el sistema. Importan los resultados medidos por las pruebas estandarizadas, pero importan también otros resultados, ciertos procesos y lo más importante, es que esos resultados de aprendizaje –que son el objetivo último de toda mejora escolar- deben reflejar cada vez más la riqueza del currículum.

Invitación a los establecimientos a definir sus metas

En este marco, ¿qué peso debería tener el Simce en los PME?

Estamos invitando a que cada establecimiento defina metas estratégicas, que tengan que ver con resultados de aprendizaje. El punto ahí es que además del Simce hay otras herramientas, externas o internas, que pueden ser importantes. Lo relevante, más allá de la discusión sobre el Simce, que por cierto tiene que tener un rol en los PME, es abrir la discusión de que cada establecimiento tiene sus propios desafíos y ritmos de mejoramiento y, por lo tanto, tiene que tener sus propias metas. La definición de éstas tiene que ser siempre respecto de sí mismo más que en comparación con el de al lado, que es un poco la lógica que ha imperado. Lo importante es que cada escuela, en función de sus capacidades y de sus contextos, defina una estrategia y una meta pertinente. Hemos estado abocados más bien a alcanzar un estándar para todos los establecimientos y eso esperamos movilizarlo con este plan.

¿Cómo se vincula este nuevo enfoque con el uso de los recursos de la SEP?

Una de las novedades del nuevo enfoque es que hace una distinción entre una primera fase del PME, que consiste en realizar un diagnóstico y una proyección para los próximos cuatro años, lo que luego se traduce en un plan anual de actividades. Esta dimensión es mucho más estratégica y aún no incorpora la dimensión específica de los recursos asociados a la subvención preferencial, que ya está llegando a tercero medio. Es la segunda etapa la que está más directamente asociada a la definición de cómo se gastan los recursos, pero dentro de un marco estratégico más claro y orientador del trabajo anual.

PME 2015: Participación activa de la comunidad escolar

¿Cómo debería elaborarse este nuevo PME?

Es bueno distinguir entre aquello que establecen las leyes y lo que es educativamente deseable. Toda la experiencia demuestra que para que un proceso de cambio y mejoramiento sea efectivo, se requiere de la participación de distintos actores como directores, docentes, asistentes de la educación, familias y estudiantes. Lo primero, entonces, es la invitación a que efectivamente esto sea un proceso amplio porque ello redunda en mejores resultados. Al mismo tiempo, la normativa establece claramente que la elaboración, tanto del PEI (Proyecto Educativo Institucional) como del PME, requiere de la participación activa de la comunidad escolar. Evidentemente, la conducción radica en los sostenedores y los directivos escolares, pero nosotros aspiramos a que se cumpla la normativa que establece claramente que estos procesos tienen que ser construidos lo más ampliamente posible porque ello ayuda a hacerlos más efectivos.

¿Cuál va a ser el apoyo que va a prestar el MINEDUC a los establecimientos en este proceso de elaboración del PME?

El Ministerio va a desplegar un conjunto de iniciativas que están enmarcadas dentro de lo que denominamos “Sistema de Apoyo a la Mejora Escolar”. Los equipos del MINEDUC, en sus niveles regionales y provinciales, van a poner foco durante el 2015 en apoyar a los establecimientos, sobre todo los públicos, en el diseño e implementación de este nuevo enfoque de mejoramiento. Para eso vamos a trabajar con una modalidad de visitas, pero también a través de redes de colaboración de colegios y sostenedores, cuyo funcionamiento va a facilitar el MINEDUC. Además, utilizaremos un conjunto de otras herramientas, algunas de ellas tecnológicas, que van a difundir en el sistema las mejores prácticas para que los establecimientos puedan capturar esa experiencia y aprovechar lo que han hecho otros. Lo importante es que el apoyo está en el MINEDUC, pero también en el propio sistema educativo y nosotros queremos promover el principio de colaboración entre escuelas y sostenedores.

Relevancia de tener un Programa de Mejoramiento Educativo (PME) para las escuelas y liceos

“Toda la evidencia muestra que para poder impulsar y consolidar mejores aprendizajes de los estudiantes se requiere de un conjunto de condiciones y procesos a nivel de las escuelas y los liceos. A su vez, la experiencia nos muestra que para poder construir procesos efectivos educativamente hablando es necesario planificarlos y enmarcarlos en una estrategia que ordene el trabajo de la institución escolar. Es por eso que Chile, pero mucho antes varios países, orientaron a sus sistemas escolares a construir planes de mejoramiento y a tener dispositivos que organizaran el cambio, le dieran un sustrato. Un buen plan parte sobre la base de un diagnóstico de la situación, permite definir objetivos, metas y acciones concretas y, sobre todo, un horizonte sobre el cual uno actúa. Es importante para cualquier organización”.

Gonzalo Muñoz Jefe de la División de Educación General

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